El fin justifica los medios?

El fin justifica los medios?

⚡ El fin justifica los medios?

🔔 El fin justifica los medios cerebralmente

El consecuencialismo es un grupo de teorías éticas normativas y teleológicas que afirma que los efectos de las acciones de uno son la justificación absoluta de toda decisión sobre lo correcto o incorrecto de ese comportamiento. Según los consecuencialistas, un acto moralmente correcto (u omisión de actuar) es aquel que producirá un resultado positivo. El consecuencialismo, al igual que el eudaimonismo, pertenece al campo más amplio de la ética teleológica, que sostiene que el valor moral de un acto está determinado por su proclividad a crear elementos de valor intrínseco. 1 En general, los consecuencialistas creen que un acto es correcto si y sólo si éste (o, en algunos casos, la ley por la que se rige) creará, posiblemente producirá, o está destinado a producir un mayor equilibrio del bien sobre el mal que cualquier otra elección. Las distintas ideologías consecuencialistas describen los bienes morales de forma diferente, con el disfrute, la ausencia de sufrimiento, el cumplimiento de las preferencias propias y nociones más amplias del “bien común” entre los principales candidatos.

🤪 El fin justifica los medios maquiavelo

La causalidad en la historia, tal y como se entiende desde los albores de la modernidad, no puede separarse de la consideración de “la causa y los usos de los Estados”. Ese realismo golpea el corazón de las artes de la gobernanza, las tradiciones que sustentan el adagio “el resultado justifica los medios”. Este ensayo aborda las modalidades de la descripción de la realidad histórica, sus usos y censuras (entendidas como medios necesarios para los fines a los que se aspira), y la estimación de los aspectos aleatorios de la política para determinar los efectos de esta máxima en el concepto de causalidad.

🏵 El fin justifica los medios ejemplos en la historia

¿Los medios justifican los fines de la ética empresarial, o el fin justifica los medios? ¿Es más fácil tener una serie de reglas que te digan lo que debes hacer en cualquier situación y luego dejar que las fichas caigan donde puedan, o deberías preocuparte más por cómo van a salir las cosas y hacer lo que sea necesario para conseguirlo?
Eddy Lepp tenía una empresa de medicina orgánica en el norte de California hasta hace poco. Su remedio a base de hierbas aliviaba las náuseas y los vómitos, que eran especialmente frecuentes entre los pacientes de quimioterapia. Sin embargo, tenía un problema. Aunque los organismos reguladores de California habían aprobado su empresa, las agencias federales no lo habían hecho: vender su medicamento iba en contra de la ley a nivel nacional. Por otra parte, negarse a vender su cura tenía un enorme inconveniente: condenaba a sus clientes a un dolor insoportable. Cuando los agentes federales llegaron a su casa, tuvo que tomar una decisión.
Si los medios justifican los fines -si hay que obedecer las normas sin importar las consecuencias- entonces Lepp debe admitirlo cuando los agentes le preguntan directamente si está vendiendo la droga. Aunque signifique el fin de su negocio, debería decir la verdad. Si, por el contrario, el fin justifica los medios -si tu preocupación ética se centra en las consecuencias de tus actos más que en lo que haces- entonces la ética cambia. Si existe una ley que hace sufrir a la gente innecesariamente, debe derogarse. Y tendrá una justificación ética para mentir a los agentes cuando pregunten si está vendiendo.

🌝 La filosofía del fin justifica los medios

La idea de que el fin justifica los medios es un comportamiento común en la sociedad actual. Esto hace que las decisiones de las personas se justifiquen independientemente de cómo logren el resultado deseado. Algunos de los estudiantes a los que he dado clase han justificado la mentira en sus currículos alegando que les ayudaría a conseguir un trabajo.
Mentir y luego justificarlo a través de la teoría de los fines contra los medios de acción es un pasatiempo favorito en la política y el gobierno. Pueden recordar que James Clapper, el ex Director de Inteligencia Nacional, mintió al Congreso cuando dijo “No señor, y “no a sabiendas” en respuesta a una pregunta sobre si la Agencia de Seguridad Nacional estaba recopilando “cualquier tipo de datos” sobre millones de estadounidenses. Todos sabemos que fue una mentira basada en la presunción de que los objetivos de la recopilación de dichos datos justificaban el uso de cualquier medio necesario para obtenerlos, independientemente de si violaba nuestros derechos de la Cuarta Enmienda a estar libres de registros e incautaciones irrazonables.

Compartir