El salon de los pasos perdidos

El salon de los pasos perdidos

🌙 El salon de los pasos perdidos

💎 Legislaciones francesas: que recorrerán el salón de los pasos perdidos

En Sevilla, en el Real Alcázar. El Alcázar de Sevilla (en español: “Reales Alcázares de Sevilla” o “Reales Alcázares de Sevilla”, pronunciación en español: alkaar]) es un palacio real y una antigua fortaleza árabe en Sevilla, España. Es el palacio real más antiguo de Europa aún en uso, y fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, junto con la Catedral de Sevilla y el Archivo General de Indias. Los almohades fueron los primeros en construir un palacio en el emplazamiento del actual Alcázar, que era conocido como Al-Muwarak. El palacio es uno de los mejores ejemplos de arquitectura mudéjar que se conservan. Desde entonces, el Alcázar ha sido ampliado por los siguientes monarcas. La familia real también utiliza los niveles superiores del Alcázar como su residencia oficial en Sevilla, que se rige por el Patrimonio Nacional. Sala de los Pasos Perdidos Este espacio sirve de enlace entre el ámbito público y el privado. Durante el reinado de los Reyes Católicos, la sala estaba cubierta por un artesonado. Cuando se decidió construir la planta superior, se sustituyeron casi todos los techos mudéjares de la planta baja por otros. Estos antiguos techos se encuentran ahora en el segundo nivel.

🌕 Sala de pases perdidos

Esta sala está acondicionada y amueblada para que parezca una sala de espera. Su significado, Sala de Pasos Perdidos, se refiere a la gente que caminaba de un lado a otro del patio mientras esperaba la llegada del Duque. La gente caminaba en un espacio reducido que no llevaba a ninguna parte.
Al entrar, los ojos se fijan en dos grandes tapices que forman parte de un conjunto de cuatro. Estos tapices se conocen como “Tapices de Pastrana” porque son réplicas únicas de los originales del último cuarto del siglo XV que ahora se encuentran en la Colegiata de Pastrana de España.
Durante el reinado de Afonso V, estos tapices representan momentos cruciales de la conquista del norte de África. Lo más probable es que los tapices se encargaran por orden real a uno de los centros de fabricación de Flandes (Tournai, Bélgica) en el tercer cuarto del siglo XV, y se pensaba que “los tapices llevarían entre tres y cinco años de trabajo en cuatro telares trabajando simultáneamente con dieciséis a veinte tejedores”, según Maria Antónia Quina. Estos tapices son una obra única en Europa y en el resto del mundo, ya que representan todos los incidentes ocurridos durante la guerra con exactitud histórica, tal y como demuestran numerosos registros contemporáneos.

🙃 El salón de los pasos perdidos (2020 5)

En presencia del príncipe Fernando de Hohenzollern-Sigmaringen, se inicia la construcción del Palacio de la Universidad el 23 de mayo de 1893. El Palacio de la Universidad, diseñado por el arquitecto Louis Blanc (por el que recibió una medalla de oro en una exposición de París), se inauguró el 21 de octubre de 1897.
El Salón de los Pasos Perdidos, situado en la planta baja de esta magnífica estructura, se llama así por el efecto sonoro que produce. Si uno se pone los tacones en medio de esta sala, el sonido que producen al caminar se desvanece.
En este espacio se encuentran los 19 murales de Sabin Balasa. Aproximadamente 300 metros cuadrados de pura alegría. Entre 1968 y 1978, el maestro de los unicornios y las siluetas celestiales pintó sus obras maestras. Fueron creadas para reflejar el alma rumana y se dividen en tres categorías: mitos universales, leyendas rumanas y universidad.
Sabin Balasa nació en la ciudad de Dobriceni, en el condado de Olt, el 17 de junio de 1932. Fue un pintor, cineasta, periodista y dibujante rumano que vivió en el siglo XX. Su estilo artístico era el del Renacimiento tardío, pero sigue formando parte del movimiento del romanticismo celeste. Murió de cáncer de pulmón el 1 de abril de 2008 en Bucarest.

🔆 El salón de los pasos perdidos ( 2020 3)

Comenzamos con una imagen: el hormigón de Hiroshima está quemado por las pisadas. Esto es impactante en sí mismo, y sigue siéndolo. Aunque hoy en día (2015) hay muy poca gente que recuerde Hiroshima y la Segunda Guerra Mundial, sigue siendo una imagen impactante. No hemos tenido un ataque nuclear en más de setenta años gracias a esto. La película se vuelve entonces un poco surrealista. No mucho, definitivamente no al nivel de “Valerie y su Semana de las Maravillas” u otras películas de la Nueva Ola Checa, pero sí extraña. Y eso está perfectamente bien. Esto es lo que define a una película como arte y no como documental. Incluso si la película no es un documental, puede haber realidad en ella.

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